David Johansson

David Johansson es el director ejecutivo de MetAking Studios y el creador de BLOCKLORDS. Construyendo los ecosistemas digitales incentivados del futuro. Mi educación en la Universidad Estatal de San Diego, donde estudié cine, me permitió adquirir una sólida comprensión de la narración, el desarrollo de los personajes y la construcción del mundo, los componentes fundamentales para crear videojuegos atractivos. Sin mencionar que dirigir obras de teatro resultó ser una mina de oro para profundizar mis conocimientos sobre la narración y la necesidad de trabajar en equipo. Después de terminar mis estudios, pasé un par de años en Hollywood, donde adquirí habilidades en el empaquetado creativo de películas y perfeccioné mis habilidades narrativas. Hace unos diez años, hice la transición a China y comencé mi andadura en la industria de los videojuegos. He desempeñado diversas funciones en los departamentos creativos y de producción de juegos como Crusader Kings, Liberators y League of Angels. Esta experiencia me dio una perspectiva única sobre las preferencias de los jugadores y sobre cómo crear experiencias de juego atractivas. Entré en el mundo de las criptomonedas en 2017, como comerciante minorista y entusiasta de la tecnología. Esto me dio una visión privilegiada del mercado de las criptomonedas y me permitió comprender realmente el potencial de las tecnologías web3. Reconociendo la enorme oportunidad que ofrecía integrar la web3 en los videojuegos, en 2018 me centré en el desarrollo de BLOCKLORDS y, más tarde, cofundé Seascape Network. Sumergirme de lleno en el universo criptográfico fue todo un viaje revelador. Comenzó en pleno verano de 2017, cuando un amigo mío introdujo el término ICO en la conversación. El concepto de financiación colectiva descentralizada despertó mi interés y me instó a investigar un poco. Cuando empecé a desentrañar los misterios de Bitcoin, me engancharon al instante las ideas de las cadenas de bloques, la minería y el dinero sólido. Una cosa llevó a la otra y, muy pronto, me sumergí hasta las rodillas en los contratos inteligentes e incluso en Solidity. Ese verano marcó un punto de inflexión en mi vida. Salí como un adicto a las criptomonedas en toda regla, o como lo llamamos descaradamente en la comunidad, un «degen». Esta nueva obsesión no solo cambió mi perspectiva sobre las finanzas, sino que también me impulsó a investigar cómo las tecnologías web3 podrían revolucionar la industria de los videojuegos.